lunes, 29 de octubre de 2007

psychobilly

Por fin voy a hablar de una de las cosas que más me gustan a parte del cine,LA MÚSICA, qué sería de nosotros sin ella. Hoy le toca el turno a un estilo que no es muy conocido, y que personalmente me encanta, aunque no me encierro en ninguno género, soy multimusical como me decía hace tiempo un amigo y ya lo podréis comprobar.
El psychobilly es un género de música generalmente descrito como una mezcla entre el horror punk y punk rock británico de los 70 y el rockabilly estadounidense de los 50. El género también se caracteriza por unas letras que hacen referencia a películas de terror, violencia, sexo perverso, exploitation films, y otros tópicos considerados tabú, a veces presentados de una manera cómica o irónica. El psycho generalmente se toca con contrabajo en vez de con bajo eléctrico.
Este término se usó como género musical unos pocos años después, cuando los Cramps describieron su música como "psychobilly" y "voodoo rockabilly". A pesar de que los Cramps rechazaron la idea de ser parte de la escena psycho, ellos, junto con artistas como Screamin Jay Hawkins y Stray Cats, son considerados como importantes precursores de este género. Musicalmente hablando, existen también antecedentes, se considera como a la primera banda de psychobilly verificable a los The Meteors del sur de Londres en 1980. Con un miembro que pertenece a la subcultura rockabilly, otro a la subcultura punk, y el otro siendo un fan de las películas de terror, sus ideas musicales se unieron para crear el psychobilly tal y como hoy lo conocemos. The Meteors también inventaron el concepto de que el psychobilly era apolítico, fomentando que sus conciertos fueran una "zona libre de política" para evitar peleas entre los fans, como estaba empezando a ser habitual en la escena punk del momento.
Por si alguien está interesado ahí dejo una lista de los grupos que más me gustan, y un video de Nekromantix, para que se pueda ver la estética que usan basada en la escena rockabilly estadounidense de los años 50, y el claro homenaje a las películas de terror.



lunes, 15 de octubre de 2007

Un trozo de carne, ¿con o sin vida?


Recuerdo que hace algunos años ya que la vi y realmente no sabía donde me metía, pero era una buena oportunidad de ver una película en una sala de cine de los “de siempre”, en versión original y además grabada hace más de treinta años, algo raro en estos momentos, hay que reconocerlo. Fue una tarde bastante completa de cine en Alicante, que por desgracia creo que ya ni existe, como tantos otros cines de barrio que han quedado olvidados, ¡una pena!, porque me temo que no se va a volver a recuperar esas salas tan… hogareñas se podría decir. Cierto es ese dicho de que el pez grande se come al pequeño. Y es que lo mío con los cines “de siempre” viene de familia, pero vamos, ahora no viene al caso, así que en otro momento os llevaré a mis recuerdos sobre ellos.

Pues una vez terminó la proyección creo que nadie movió ni un solo dedo, en unos largos minutos. Hubo un gran silencio mientras veíamos como los créditos inundaban nuestros ojos, y creo que es la única vez que me ha pasado eso después de ver una película. Por un momento, creo que todo el mundo en sus butacas tenía el mismo sentimiento que tuve yo. Sensación de impotencia, de rabia y sobre todo de saber que esas imágenes quedarían dentro de nuestras cabezas durante un tiempo. Es un film que, puede que desde un punto de vista meramente técnico no esté del todo lograda o eso dicen los expertos. A mi parecer, es muy adecuada la manera de separar la parte onírica que tienen sus pensamientos y recuerdos mostrándolas en color, y la cruda realidad de su vida en un tétrico blanco y negro. Claro que yo no soy crítica. Pero os puedo asegurar que no te deja indiferente, hace que te plantees muchas cuestiones.

Es una película muy cruda, difícil de digerir pero creo que transmite mucho, es un claro alegato contra la guerra, y una declaración a favor de la eutanasia.

“No se si estoy vivo y soñando, o muerto y recordando”. Esa es una de las frases que me llamó la atención aunque para mí lo más destacable, es la atmósfera en la que se encuentra el protagonista. En una pequeña habitación sin luz, siempre vendado, sin ninguna compañía, aislado, oculto, condiciones que provocan un gran desasosiego e impotencia ante su desesperada situación por culpa de una absurda guerra. Antibelicismo puro, triste historia, una gran película. Creo que se me han agotado las palabras para definirla así que dejo una pequeña sinopsis y un fragmento de la película.

Johnny cogió su fusil es una novela antibelicista publicada en 1939 por Dalton Trumbo quien también escribiría el guión y dirigiría en 1971 la película homónima. Explica la historia de Joe Bonham, un soldado de la Primera Guerra Mundial horriblemente mutilado en el frente. Joe está vivo, pero es sólo un torso sin rostro (ciego, sordo, mudo...). En una seria de flashbacks, el autor nos obliga a comparar la vitalidad de una vida normal y corriente con el horror de la guerra y la muerte en vida del protagonista

miércoles, 10 de octubre de 2007

jueves, 4 de octubre de 2007

Al bando vencido

Este post es para rendir un pequeño homenaje a aquellas personas, que desde mi modesto punto de vista, les debemos lo que algunos somos hoy en día. Estas personas son los abuelos, que como dice aquel refrán “el diablo sabe más por viejo que por diablo” con esto quiero decir que son grandes sabios.

Cierto es que les tocó vivir unos años oscuros para la historia de este país, pero ellos reconocen que al menos antes había más “amor”, o quizá era de diferente manera. Puede que ahora disfrutemos de más comodidades, que ya no tengamos que recorrer kilómetros a pie, cargados con un cubo de agua para poder lavarnos o cocinar, tener la ventaja de poder leer un libro por la noche sin dejarnos la vista por falta de luz, pero se ha perdido en cierta manera ese valor fundamental.

Este texto lo escribo pensando en todos ellos, que todavía hoy tienen miedo a hablar. Hablar de sombríos años pasados, sin darse cuenta que en cierto modo (no del todo) aquello pasó. Hay quien dice que volver a abrir viejas heridas es remover la mierda (y perdonad por la expresión), pero las cosas que no se recuerdan mueren en el olvido.

No sólo me refiero al bando republicano (aunque en parte sí), sino también a los que estuvieron del otro lado, a esos que se proclamaron vencedores y que a costa de ello tuvieron que matar, en el peor de los casos, a sus propios hermanos. Al menos, quiero creer que no tuvieron otra elección que luchar en el bando que les tocó. Aunque todos sabemos que en las guerras nadie gana. Como bien dice Ismael Serrano, en uno de sus temas: “explícame tú quien gana cuando se acaba la guerra, si a los muertos los entierras, ganadores, perdedores, da igual del bando que sea”

Y el hecho de escribir esto es personal, porque mi abuelo es uno de estos olvidados, y desgraciadamente la vela cada vez se consume más rápido y pocas historias le queda ya que contar de esos años. Aunque no hace tanto con tristeza y rabia nos recordaba como le robaron cinco años de su juventud obligado a construir carreteras. Duro trabajo que más tarde el generalísimo (nombre que no pongo en mayúsculas porque no se merece mi respeto), usaría para colgarse medallas a costa del esfuerzo y del sudor de gente como mi abuelo, que desaparecido durante años ante su familia, sin saber si estaba vivo o muerto. Sólo por haber creído en el bando “equivocado”, y aun debemos de dar gracias de no tener que emparejar sus huesos en el borde de algún camino como tantas otras familias.

Todavía tengo en mí cabeza cuando contaba sus “batallitas”, que igual en esos momentos no apreciaba, pero ahora tengo grabado sus recuerdos tanto buenos como malos, que he hecho míos, de unos años que afortunadamente no nos tocó vivir.

Al fin y al cabo con estas palabras lo que pretendo es que se recuerde la historia, nuestra historia.


Y que canción más acorde con lo escrito, que la de mi gran referente en cuanto a la canción de autor, que nos cuenta en unos pocos minutos lo que yo he intentado plasmar, así que ahí os dejo la letra y una presentación de fotografías con el tema de fondo.

Al bando vencido

Se van llevando la memoria,
queda en la historia una mancha, un borrón.
Mientras el resto sufre amnesia,
un viejo recuerda una canción,

de aquella lejana batalla
donde pudo morir,
en una guerra no ganada,
a veces me pregunta por ti.

Se cree aún en la trinchera,
otra bandera, de otro color,
solemne en su viento ondea,
sobre la cima y en su salón.

A veces habla con fantasmas
de cuyo nombre se olvidó.
Vencidos, nunca regresaron
de su exilio interior.

Ni un momento, ni un recuerdo,
para los que perdieron, los que construyeron
la tumba, el mausoleo,
de la miseria, del carnicero.

¿Cómo esperas ganar sin ellos
las batallas que anteriormente perdieron?
Si han de callar, que callen aquellos,
los que firmaron pactos de silencio.

Tratan de convencerle, abuelo,
las explosiones han terminado.
Pero cuando sale a la calle,
Madrid parece bombardeado.

Y lee escritos en los muros,
gritos contra los que luchó,
y personajes de rostro oscuro
que le inculcaron el terror.

Y un día, sin darnos cuenta,
el viejo, con sus historias, se consumió
Y en la memoria de su nieto
sólo una huella, un leve borrón,

De aquella lejana batalla,
donde pudo morir,
en una guerra no ganada
donde luchó por ti.

Donde luchó por ti.


miércoles, 3 de octubre de 2007

El mundo de los sueños

Que mejor comienzo que hablar del cuadro de Salvador Dalí que da nombre a este espacio. Es un personaje que, o se le ama, o se le odia, pero supo de una manera excéntrica conseguir que se le recuerde hoy en día. Creo que el comentario que más he oído sobre él es que estaba loco, aunque personalmente, Dalí supo ver las cosas desde otro punto de vista diferente. Pero sin duda hablando de arte, nos ha dejado grandes regalos, y eso es indiscutible, guste más o menos el movimiento surrealista.

La Persistencia de la memoria o también conocido como los “relojes blandos” hacen alusión al mundo onírico y surrealista. Dalí describía su obra como "fotografías de sueños pintadas a mano”. Nos evoca la fugacidad de la vida, además, algunos elementos que aparecen en el cuadro como la bahía de Port Lligat al amanecer, hacen referencia a recuerdos de su autor.

Lo que pretendía encarnar Dalí es el paso del tiempo por ello la deformación de los relojes como algo efímero, blando, fugaz como ocurre con nuestra memoria.

A la izquierda de la imagen se ve un reloj cerrado de color rojo que simboliza la muerte, ese tiempo que se para.

Directorio de Blogs personales