jueves, 4 de octubre de 2007

Al bando vencido

Este post es para rendir un pequeño homenaje a aquellas personas, que desde mi modesto punto de vista, les debemos lo que algunos somos hoy en día. Estas personas son los abuelos, que como dice aquel refrán “el diablo sabe más por viejo que por diablo” con esto quiero decir que son grandes sabios.

Cierto es que les tocó vivir unos años oscuros para la historia de este país, pero ellos reconocen que al menos antes había más “amor”, o quizá era de diferente manera. Puede que ahora disfrutemos de más comodidades, que ya no tengamos que recorrer kilómetros a pie, cargados con un cubo de agua para poder lavarnos o cocinar, tener la ventaja de poder leer un libro por la noche sin dejarnos la vista por falta de luz, pero se ha perdido en cierta manera ese valor fundamental.

Este texto lo escribo pensando en todos ellos, que todavía hoy tienen miedo a hablar. Hablar de sombríos años pasados, sin darse cuenta que en cierto modo (no del todo) aquello pasó. Hay quien dice que volver a abrir viejas heridas es remover la mierda (y perdonad por la expresión), pero las cosas que no se recuerdan mueren en el olvido.

No sólo me refiero al bando republicano (aunque en parte sí), sino también a los que estuvieron del otro lado, a esos que se proclamaron vencedores y que a costa de ello tuvieron que matar, en el peor de los casos, a sus propios hermanos. Al menos, quiero creer que no tuvieron otra elección que luchar en el bando que les tocó. Aunque todos sabemos que en las guerras nadie gana. Como bien dice Ismael Serrano, en uno de sus temas: “explícame tú quien gana cuando se acaba la guerra, si a los muertos los entierras, ganadores, perdedores, da igual del bando que sea”

Y el hecho de escribir esto es personal, porque mi abuelo es uno de estos olvidados, y desgraciadamente la vela cada vez se consume más rápido y pocas historias le queda ya que contar de esos años. Aunque no hace tanto con tristeza y rabia nos recordaba como le robaron cinco años de su juventud obligado a construir carreteras. Duro trabajo que más tarde el generalísimo (nombre que no pongo en mayúsculas porque no se merece mi respeto), usaría para colgarse medallas a costa del esfuerzo y del sudor de gente como mi abuelo, que desaparecido durante años ante su familia, sin saber si estaba vivo o muerto. Sólo por haber creído en el bando “equivocado”, y aun debemos de dar gracias de no tener que emparejar sus huesos en el borde de algún camino como tantas otras familias.

Todavía tengo en mí cabeza cuando contaba sus “batallitas”, que igual en esos momentos no apreciaba, pero ahora tengo grabado sus recuerdos tanto buenos como malos, que he hecho míos, de unos años que afortunadamente no nos tocó vivir.

Al fin y al cabo con estas palabras lo que pretendo es que se recuerde la historia, nuestra historia.


Y que canción más acorde con lo escrito, que la de mi gran referente en cuanto a la canción de autor, que nos cuenta en unos pocos minutos lo que yo he intentado plasmar, así que ahí os dejo la letra y una presentación de fotografías con el tema de fondo.

Al bando vencido

Se van llevando la memoria,
queda en la historia una mancha, un borrón.
Mientras el resto sufre amnesia,
un viejo recuerda una canción,

de aquella lejana batalla
donde pudo morir,
en una guerra no ganada,
a veces me pregunta por ti.

Se cree aún en la trinchera,
otra bandera, de otro color,
solemne en su viento ondea,
sobre la cima y en su salón.

A veces habla con fantasmas
de cuyo nombre se olvidó.
Vencidos, nunca regresaron
de su exilio interior.

Ni un momento, ni un recuerdo,
para los que perdieron, los que construyeron
la tumba, el mausoleo,
de la miseria, del carnicero.

¿Cómo esperas ganar sin ellos
las batallas que anteriormente perdieron?
Si han de callar, que callen aquellos,
los que firmaron pactos de silencio.

Tratan de convencerle, abuelo,
las explosiones han terminado.
Pero cuando sale a la calle,
Madrid parece bombardeado.

Y lee escritos en los muros,
gritos contra los que luchó,
y personajes de rostro oscuro
que le inculcaron el terror.

Y un día, sin darnos cuenta,
el viejo, con sus historias, se consumió
Y en la memoria de su nieto
sólo una huella, un leve borrón,

De aquella lejana batalla,
donde pudo morir,
en una guerra no ganada
donde luchó por ti.

Donde luchó por ti.


8 comentarios:

cambalache dijo...

Muchas gracias por tu enlace y tu visita. Veo que te gusta 'algo' Ismael. Buen tipo. Yo tengo la suerte de ser muy amigo de su papá y ahora también la suerte de hacer llegado a tu blog. Un beso y gracias

PETIT dijo...

Sun xapó!!!! si a la memoria historica.
me quedat anonadat llegint-ho. I tot el que has dit es allò que tinc en el cap, i a més cal destacar que els mateixos nacionals es van carregar a gent del seua mateix vandol per tindre un pensament més progresista que d'ells, per tant la llei de la memoria historica es per a nacionals i republicans. si rotund a la llei de la memoria històrica.
salutacions dew

Rodolfo Serrano dijo...

Encantado de visitar, por fin, tu blog y encontrarme esta entrada. Un beso

albert dijo...

Que bueno el comment, me uno a ese homenaje mas que merecido. españa es un país envejecido pero si ha salido adelante despues de 40 años de tortura fascista ha sido gracias a aquellos que decidieron encontrar el valor suficiente para coger un fusil o una simple piedra y unirse a la resistenic en las barricadas. Tampoco se debe olvidar a los paises que les recibieron con los brazos abiertos. buen post. saludos!

oskar dijo...

Es una de las canciones que más me han gustado siempre de Ismael Serrano. Sin memoria no somos presente.

María dijo...

hola..me ha gustado mucho el artículo, me eh emocionado, pensando en todos quellos que murieron en la guerra, o en los que están vivos rodeados aún de miedo por épocas pasadas..y también en mi abuelita, que acaba de ucmplir 95 años y tiene tantas historias que contarme que, a veces, me siento culpable de no tener un ratito para ella cada día, deberíamos escucharles más, son pura humildad
besos

Fabioliky dijo...

Pues no tienen batallitas que contar los abuelos eh? Deberíamos intentar conocer la historia de nuestro país de otra manera, mediante los recuerdos de nuestros mayores, otro punto de vista.

Antonio dijo...

Me encantó esta canción desde que la oí por primera vez. Por eso tanto tiempo después entro a comentar, porque buscaba su letra en la web y la encontré aquí.
Te envidio mucho, yo jamás conocí a mi abuelo, no llegó a ser de ningún bando porque por el simple hecho de ser de derechas fue ejecutado sin juicio a veintitantos de julio del 36 en Madrid. Aquellos otros olvidados no merecen que se les considere "ya vengados". Lo hubiera dado todo por oírle contar desgracias de aquella época, y sobre todo por no tener que criarme bajo la tutela peculiar de mi padre, huérfano de guerra, resentido para siempre contra todo y contra todos.
Un saludo.

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